Haz memoria...
Cita de Isabel Benito en 13 de octubre de 2024, 21:23En el pasado, ¿alguien "ejerció" contigo mediación lectora? ¿de forma profesional o no?
¿Recuerdas la lectura en cuestión? ¿Dirías que fue una experiencia exitosa o no?, ¿en qué sentido?
En el pasado, ¿alguien "ejerció" contigo mediación lectora? ¿de forma profesional o no?
¿Recuerdas la lectura en cuestión? ¿Dirías que fue una experiencia exitosa o no?, ¿en qué sentido?
Cita de Pato Pereyra en 14 de octubre de 2024, 00:59Hola, Buenas noches Isabel. Un gusto estar por acá. Si me pongo a recordar el acercamiento a la lectura vino de parte de mis profesores de lengua de la escuela secundaria. Mi primera vez fue con la profesora de Literatura, en primer año. Tenía unos 12 o 13 años, Con ella hacíamos también un taller literario. No recuerdo si nos leía o nos hacía leer a nosotras. Recuerdo que leí gracias a ella a Manucho Láinez. Que me causó una conmoción literaria ir analizando uno a uno sus cuentos. Que leí a Borges y a Olga Orozco en poesía. Y que aún recuerdo ese poema de Borges "La fundación mitólogica de Buenos Aires" que me hizo analizar con detalle gramaticalmente, por su belleza y su ritmo. Todo para mí fue un descubrimiento. Alguien que no tenía libros en casa, que no leía en la escuela primaria, de repente había conocido la literatura. A partir de ese descubrimiento creo que me hice lectora, no sé si antes lo era (quizás de a ratos con historietas y libros prestados). Pero ahí quise ir cada día a la biblioteca y leer todo. Y aún hoy, sigo intentándolo.
Abrazos desde la primavera del hemisferio sur.
Pato
Hola, Buenas noches Isabel. Un gusto estar por acá. Si me pongo a recordar el acercamiento a la lectura vino de parte de mis profesores de lengua de la escuela secundaria. Mi primera vez fue con la profesora de Literatura, en primer año. Tenía unos 12 o 13 años, Con ella hacíamos también un taller literario. No recuerdo si nos leía o nos hacía leer a nosotras. Recuerdo que leí gracias a ella a Manucho Láinez. Que me causó una conmoción literaria ir analizando uno a uno sus cuentos. Que leí a Borges y a Olga Orozco en poesía. Y que aún recuerdo ese poema de Borges "La fundación mitólogica de Buenos Aires" que me hizo analizar con detalle gramaticalmente, por su belleza y su ritmo. Todo para mí fue un descubrimiento. Alguien que no tenía libros en casa, que no leía en la escuela primaria, de repente había conocido la literatura. A partir de ese descubrimiento creo que me hice lectora, no sé si antes lo era (quizás de a ratos con historietas y libros prestados). Pero ahí quise ir cada día a la biblioteca y leer todo. Y aún hoy, sigo intentándolo.
Abrazos desde la primavera del hemisferio sur.
Pato
Cita de Begoña Camblor Pandiella en 14 de octubre de 2024, 17:18La primera mediadora que conocí fue, sin duda, mi madre. Aunque en realidad el primer recuerdo real de esa labor que tengo fue en torno a mis 14 años, cuando en un verano muy solitario y muy adolescente, bajó del desván su caja de libros favoritos y me descubrió a Agatha Christie. Es cierto que ella misma me enseñó a leer con 4 añinos, y no dejó jamás de regalarme libros y llevarme a bibliotecas. Pero aquel gran momento se ha quedado para siempre en mi memoria.
Yo ya era muy lectora antes, sobre todo por imitación de mi hermana mayor. Quería ser como ella, y una de sus características era, precisamente, que leía todas las noches antes de dormir. Y yo con ella. Mi mayor logro solía ser alcanzar a leer aquellos textos que ella dejaba en las estanterías, porque cuando abría alguno y "me atrapaba", aquello me hacía sentir muy mayor y muy madura y capaz.
Luego, sin duda, la profesora de lengua del cole, porque tras conocerla llegué a casa con 12 años y dije que yo quería estudiar lo mismo que hubiera estudiado aquella mujer. "Filología española", me dijeron. Y allá que me fui, hasta hoy.
Abrazos lectores
Bego
La primera mediadora que conocí fue, sin duda, mi madre. Aunque en realidad el primer recuerdo real de esa labor que tengo fue en torno a mis 14 años, cuando en un verano muy solitario y muy adolescente, bajó del desván su caja de libros favoritos y me descubrió a Agatha Christie. Es cierto que ella misma me enseñó a leer con 4 añinos, y no dejó jamás de regalarme libros y llevarme a bibliotecas. Pero aquel gran momento se ha quedado para siempre en mi memoria.
Yo ya era muy lectora antes, sobre todo por imitación de mi hermana mayor. Quería ser como ella, y una de sus características era, precisamente, que leía todas las noches antes de dormir. Y yo con ella. Mi mayor logro solía ser alcanzar a leer aquellos textos que ella dejaba en las estanterías, porque cuando abría alguno y "me atrapaba", aquello me hacía sentir muy mayor y muy madura y capaz.
Luego, sin duda, la profesora de lengua del cole, porque tras conocerla llegué a casa con 12 años y dije que yo quería estudiar lo mismo que hubiera estudiado aquella mujer. "Filología española", me dijeron. Y allá que me fui, hasta hoy.
Abrazos lectores
Bego
Cita de Charo Neira en 14 de octubre de 2024, 19:53A lo largo de mi vida, he encontrado a diferentes personas que en alguna medida han actuado como mediadoras -han contribuido a mi formación, me han descubierto lecturas…- pero el amor por la literatura se lo debo ante todo a mi padre.
Él, que fue un gran lector, además de profesor y filólogo, me descubrió el mundo de los libros y el placer de la literatura. Todas las noches, antes de acostarnos, mi hermano y yo leíamos algún texto con él (no sólo leíamos, también dramatizábamos o representábamos). Así fue como descubrí obras de la literatura infantil, como Caballito loco, de Ana María Matute; Los tambores, de Reiner Zimnik, o El violín mágico, de Janosch, pero también otros textos diferentes: nuestras lecturas incluían poemas de Machado, romances tradicionales españoles, cuentos de hadas rusos o el Romancero gitano de Lorca.
Así, en estos recuerdos de infancia y en la rutina de leer todas las noches antes de ir a la cama donde está el germen de toda mi vida lectora.
Un saludo
Charo
A lo largo de mi vida, he encontrado a diferentes personas que en alguna medida han actuado como mediadoras -han contribuido a mi formación, me han descubierto lecturas…- pero el amor por la literatura se lo debo ante todo a mi padre.
Él, que fue un gran lector, además de profesor y filólogo, me descubrió el mundo de los libros y el placer de la literatura. Todas las noches, antes de acostarnos, mi hermano y yo leíamos algún texto con él (no sólo leíamos, también dramatizábamos o representábamos). Así fue como descubrí obras de la literatura infantil, como Caballito loco, de Ana María Matute; Los tambores, de Reiner Zimnik, o El violín mágico, de Janosch, pero también otros textos diferentes: nuestras lecturas incluían poemas de Machado, romances tradicionales españoles, cuentos de hadas rusos o el Romancero gitano de Lorca.
Así, en estos recuerdos de infancia y en la rutina de leer todas las noches antes de ir a la cama donde está el germen de toda mi vida lectora.
Un saludo
Charo
Cita de Carmen Díez Valdivieso en 15 de octubre de 2024, 10:51Buenos días,
Mi primera mediadora fue mi hermana mayor y mi madre. Ellas eran y son muy lectoras. Y no hacian mas que regalarme libros, pero fue tanto el empacho que cogi a los libros, sólo de verlas, que les cogi manía.
Ya de más mayor a la edad de 14 años, antes de acabar el colegio fue mi profesora de literatura la que desperto el cariño por la lectura. Ahora trabajo en una biblioteca, y cuando van las mamás con los niños, me acuerdo cuando a mí me escogian los libros. Pienso que tampoco hay que ser pesados y creo que a veces el amor a la lectura despierta en uno mismo, si es conveniente dar empujoncitos a los niños, pero sin atosigar.
Un saludo,
Carmen
Buenos días,
Mi primera mediadora fue mi hermana mayor y mi madre. Ellas eran y son muy lectoras. Y no hacian mas que regalarme libros, pero fue tanto el empacho que cogi a los libros, sólo de verlas, que les cogi manía.
Ya de más mayor a la edad de 14 años, antes de acabar el colegio fue mi profesora de literatura la que desperto el cariño por la lectura. Ahora trabajo en una biblioteca, y cuando van las mamás con los niños, me acuerdo cuando a mí me escogian los libros. Pienso que tampoco hay que ser pesados y creo que a veces el amor a la lectura despierta en uno mismo, si es conveniente dar empujoncitos a los niños, pero sin atosigar.
Un saludo,
Carmen
Cita de Isabel Benito en 15 de octubre de 2024, 12:17Muchas gracias por vuestras aportaciones. Este ejercicio de memoria no es mera pirueta sentimental, fijaos cómo en vuestro relatos aparecen elementos que reconocemos repetidos e incluso nombrados en nuestra práctica como mediadoras:
Pato habla de "conmoción lectora", expresión que, con tu permiso, adopto desde ya por su arrebato y elocuencia. Trae la pasión necesaria para el contagio de la que habla Penac. Llama la atención el encuentro tardío con lo literario, veremos que es frecuente y, por contra, que el contacto prematuro no es garante para que suceda esa conmoción. No obstante, estoy casi segura, Pato, de que si rascas en tu memoria con el concepto ampliado de lectura que hemos adoptado esta semana como faro, encontrarás contactos previos con lo literario en un canto infantil, un juego de patio...
Begoña habla de imitación, sentirse madura y capaz, cuestiones estas que nos llevan a un momento concreto de la biografía de una persona.
Charo y Carmen nos hablan de los afectos, y es interesante leerlas seguido:
Charo trae los afectos y el juego, el recuerdo de un brindis de lecturas catalogadas como infantiles, otras que no. Recuerda a las personas, los espacios, las lecturas. En el relato de Carmen también están los afectos, pero bien distinta es la experiencia de sobre exposición que le llevó al empacho. Ambas experiencias las conforman como lectoras y, especialmente en el caso de Carmen, como mediadoras. Así que me replanteo una de las preguntas de partida de este foro: ¿qué experiencias de mediación podemos considerar exitosas y cuales no?
Animo a quienes no lo habéis hecho ya, a hacer un poquito de ejercicio de memoria.
Muchas gracias por vuestras aportaciones. Este ejercicio de memoria no es mera pirueta sentimental, fijaos cómo en vuestro relatos aparecen elementos que reconocemos repetidos e incluso nombrados en nuestra práctica como mediadoras:
Pato habla de "conmoción lectora", expresión que, con tu permiso, adopto desde ya por su arrebato y elocuencia. Trae la pasión necesaria para el contagio de la que habla Penac. Llama la atención el encuentro tardío con lo literario, veremos que es frecuente y, por contra, que el contacto prematuro no es garante para que suceda esa conmoción. No obstante, estoy casi segura, Pato, de que si rascas en tu memoria con el concepto ampliado de lectura que hemos adoptado esta semana como faro, encontrarás contactos previos con lo literario en un canto infantil, un juego de patio...
Begoña habla de imitación, sentirse madura y capaz, cuestiones estas que nos llevan a un momento concreto de la biografía de una persona.
Charo y Carmen nos hablan de los afectos, y es interesante leerlas seguido:
Charo trae los afectos y el juego, el recuerdo de un brindis de lecturas catalogadas como infantiles, otras que no. Recuerda a las personas, los espacios, las lecturas. En el relato de Carmen también están los afectos, pero bien distinta es la experiencia de sobre exposición que le llevó al empacho. Ambas experiencias las conforman como lectoras y, especialmente en el caso de Carmen, como mediadoras. Así que me replanteo una de las preguntas de partida de este foro: ¿qué experiencias de mediación podemos considerar exitosas y cuales no?
Animo a quienes no lo habéis hecho ya, a hacer un poquito de ejercicio de memoria.
Cita de Isa Campos Fernández en 15 de octubre de 2024, 16:34Buenas tardes,
en mi caso, igual que algunas de vosotras, la primera mediadora que conocí fue mi madre. Ella fue la que me regaló mis primeros libros, recuerdo un libro de cuentos de los Hermanos Grimm (el de las versiones bestias lo llamo yo) que leí y releí hasta desencuadernarlo. Nunca me faltaban tebeos ni revistas semanales que me compraba en el quiosco. Jamás me leyó en voz alta y muy pronto dejó de elegir los títulos por mí pero creo que el ejemplo de verla leer por puro y duro disfrute y de apreciar el libro como objeto fueron la mejor mediación.
Por otro lado comentar que ningún maestro ni maestra a lo largo de mi formación ejerció de buen mediador. Más bien al revés, ejercían en mi un efecto negativo y la expresión "lectura obligatoria" me sigue dando repelús. Sin embargo yo también voy a robarle a Pato la expresión "conmoción lectora" porque mi "te picó el bicho de la lectura" suena feote.
Buenas tardes,
en mi caso, igual que algunas de vosotras, la primera mediadora que conocí fue mi madre. Ella fue la que me regaló mis primeros libros, recuerdo un libro de cuentos de los Hermanos Grimm (el de las versiones bestias lo llamo yo) que leí y releí hasta desencuadernarlo. Nunca me faltaban tebeos ni revistas semanales que me compraba en el quiosco. Jamás me leyó en voz alta y muy pronto dejó de elegir los títulos por mí pero creo que el ejemplo de verla leer por puro y duro disfrute y de apreciar el libro como objeto fueron la mejor mediación.
Por otro lado comentar que ningún maestro ni maestra a lo largo de mi formación ejerció de buen mediador. Más bien al revés, ejercían en mi un efecto negativo y la expresión "lectura obligatoria" me sigue dando repelús. Sin embargo yo también voy a robarle a Pato la expresión "conmoción lectora" porque mi "te picó el bicho de la lectura" suena feote.
Cita de Isabel Troya en 15 de octubre de 2024, 16:46Volviendo la mirada atrás recuerdo que las primeras personas que mediaron para que me acercase a la lectura fueron mi madre y mis maestros y maestras del colegio. Mi madre me contaba o leía los más conocidos de los Hermanos Grimm o Perrault antes de que yo aprendiera a leer. Una vez aprendí, leía libros que me regalaba mi madre o que sacaba de la biblioteca del cole animada por mis maestros. Ahí descubrí los libros de Barco de Vapor y de Alfaguara, recuerdo con especial cariño: Querida Susi, Querido Paul de Christine Nöstlinger, varios de Roald Dahl (Matilda, Charlie y la fábrica de chocolare, Charlie y el ascensor de cristal, Las brujas, El gran gigante bonachón) o los de El pequeño Nicolás de René Goscinny con los que me partía de risa.
Sinceramente pienso que sí, que fueron experiencias exitosas de mediación lectora, porque aún hoy las recuerdo y me emociono al hacerlo.
Volviendo la mirada atrás recuerdo que las primeras personas que mediaron para que me acercase a la lectura fueron mi madre y mis maestros y maestras del colegio. Mi madre me contaba o leía los más conocidos de los Hermanos Grimm o Perrault antes de que yo aprendiera a leer. Una vez aprendí, leía libros que me regalaba mi madre o que sacaba de la biblioteca del cole animada por mis maestros. Ahí descubrí los libros de Barco de Vapor y de Alfaguara, recuerdo con especial cariño: Querida Susi, Querido Paul de Christine Nöstlinger, varios de Roald Dahl (Matilda, Charlie y la fábrica de chocolare, Charlie y el ascensor de cristal, Las brujas, El gran gigante bonachón) o los de El pequeño Nicolás de René Goscinny con los que me partía de risa.
Sinceramente pienso que sí, que fueron experiencias exitosas de mediación lectora, porque aún hoy las recuerdo y me emociono al hacerlo.
Cita de Esther Ahijado Ramiro en 15 de octubre de 2024, 17:42
Recuerdo con mucho cariño la presencia del Bibliobus a la puerta de mi colegio y el entusiasmo al recorrerlo, sacar libros y devolverlos semanas después.
Recuerdo a Mafalda, esos cuardenillos que vendían en kioskos por 360 pesetas, había once volúmenes, cada uno de un color. Eran de mis hermanos, pero yo los leía y releía, aún los conservo.
Mi amiga Mamen, allá por los 14 años me recomendó "Mi planta de naranja lima" recuerdo una lectura febril como un primer viaje.
Recuerdo con mucho cariño la presencia del Bibliobus a la puerta de mi colegio y el entusiasmo al recorrerlo, sacar libros y devolverlos semanas después.
Recuerdo a Mafalda, esos cuardenillos que vendían en kioskos por 360 pesetas, había once volúmenes, cada uno de un color. Eran de mis hermanos, pero yo los leía y releía, aún los conservo.
Mi amiga Mamen, allá por los 14 años me recomendó "Mi planta de naranja lima" recuerdo una lectura febril como un primer viaje.
Cita de María Lobón López-Romero en 15 de octubre de 2024, 19:55De pequeña nunca me gustó leer, leía por obligación. En mi casa había muchos libros, mis padres han sido grandes lectores y mi hermana devoraba libros de un grosor que a mi me parecían soporíferos. Cuando nos llevaban a la biblioteca a leer todas en silencio el libro que ese curso tocaba, yo me aburría enormemente...
Pero, sin embargo, tengo muchos recuerdos de otro tipo de acercamiento literario que no eran los libros, las canciones de corro, las de saltar a la comba, poesías, retahílas, los refranes de mi abuelo...los recitaba y cantaba una y otra vez...pero el libro en sí, me costaba muchísimo. Quizá mis mediadores fueron un poco todos, mis padres, mi tía con sus canciones populares, mi hermana, mi abuelo, porque ahora, y con la falta de tiempo que tenemos, daría lo que fuera por esa hora en silencio en la biblioteca.
Ahora aquí estoy, buscando ratitos para hablar de libros
De pequeña nunca me gustó leer, leía por obligación. En mi casa había muchos libros, mis padres han sido grandes lectores y mi hermana devoraba libros de un grosor que a mi me parecían soporíferos. Cuando nos llevaban a la biblioteca a leer todas en silencio el libro que ese curso tocaba, yo me aburría enormemente...
Pero, sin embargo, tengo muchos recuerdos de otro tipo de acercamiento literario que no eran los libros, las canciones de corro, las de saltar a la comba, poesías, retahílas, los refranes de mi abuelo...los recitaba y cantaba una y otra vez...pero el libro en sí, me costaba muchísimo. Quizá mis mediadores fueron un poco todos, mis padres, mi tía con sus canciones populares, mi hermana, mi abuelo, porque ahora, y con la falta de tiempo que tenemos, daría lo que fuera por esa hora en silencio en la biblioteca.
Ahora aquí estoy, buscando ratitos para hablar de libros